Como ya lo he mencionado antes, me formé en la carrera de biología con la intención de dedicarme a la investigación, por ello dos años después, estudié el siguiente grado académico, la maestría y me especialicé en climatología. Sin embargo, en una de las tantas vueltas que da la vida, mi rumbo cambió al aceptar un trabajo en la Secretaría de Educación Pública, 13 años después de haber terminado la licenciatura.
Después de 21 años de estudiar la carrera, con alguna experiencia laboral en el sector estatal, de investigación y realizando actividades de planeación y organización para el sistema educativo, es cuando inicio mi práctica en la docencia.
Institucionalmente había que hacerle frente a un problema de salud rural, pero atendiéndolo desde el sector educativo agropecuario; es ahí cuando incorporo el establecimiento de los jardines de plantas medicinales como una estrategia de capacitación en la conservación de los recursos naturales para el beneficio de la salud de la comunidad. Desde ese momento y hasta entonces mi papel como docente es en el ámbito no formal, con cursos de capacitación cortos, dirigido a toda la población (la asistencia mayoritaria es de amas de casa de todas las edades) y en los lugares en donde ellas viven.
En estos cinco años de experiencia docente, pienso que la actividad que realizo es muy importante para las personas que capacito, para su comunidad y para su entorno, de manera personal siempre existe satisfacción; porque se crea un ambiente agradable, de ayuda mutua, de aprendizaje (y me incluyo) y concluimos con productos tangibles (un jardín, un recetario, productos herbolarios etc.). Cuando trabajo en comunidad, mi horario se amplía, pero también mi emoción, mi creatividad y los deseos de seguir.
El hecho de trabajar con plantas medicinales y las personas que las conocen o quieren conocerlas ha cambiado mucho mi visión de la salud, de la enfermedad, de la agricultura, de la biología, de la conservación, de la naturaleza, de la educación, de todos los temas grandes y pequeños que rozan en algún momento con el tema de las plantas medicinales. Se confrontan la teoría con la práctica, el debe ser con lo apropiado, los lineamientos políticos con lo urgente para la comunidad, etc. Y en esta mezcla de personas y sucesos el resultado final es un jardín de plantas medicinales regionales. Me satisface tener la oportunidad de ser estimulada desde diversos puntos para continuar con mi crecimiento personal y profesional.
¿Por qué menciono el crecimiento personal antes que el profesional? Porque si no fuera así tendría una estructura docente más rígida que no permitiría (o lo haría más difícil) el cambio en la forma como llevo a cabo las actividades didácticas para la enseñanza de las plantas medicinales. La información que transmitimos y enseñamos (me refiero a todas las que conformamos el grupo) es casi la misma con ligeros cambios debido a el conocimiento local.
Pero esta aventura siempre trae junto una o muchas preocupaciones que en mi papel como docente no tienen cabida: pobreza, mujeres golpeadas, niños con hambre, niños con deseos de salir y superarse, malos sistemas educativos y de salud, etc. Cuando esto sucede más allá de lo que pueda manejar, mi creatividad disminuye, me vuelvo más tradicional en mis técnicas de enseñanza e inmediatamente surge la necesidad de terminar e irme. Siempre he terminado el jardín pero a veces lo termina una persona menos fresca y entusiasta.
Institucionalmente hablando y como en todas las escuelas sucede, los apoyos no son ni suficientes, ni constantes, ni puntuales. Pero también existe la otra cara de reconocimiento y orgullo por mi labor.
Hola Ma. Elena!
ResponderEliminarTe felicito por tu labor docente y por tu experiencia profesional. Reconozco el esfuerzo que has hecho para tu desarrollo personal y además aplaudo tus habilidades para transmitirlo a los demás. En otro aspecto, las dificultades que enfrentas en cuanto a los apoyos dentro de tu institución, son comunes, nunca tenemos ni lo mínimo, así que ni hablar de sificiente. Son muchas las prácticas que se necesitan cambiar en nuestros centros de trabajo, pero estos seguramente se lograrán con nuestro inicio, es decir, seamos los primeros en el cambio de actitud para contagiar a los demás.
Saludos
Hola Ma. Elena
ResponderEliminarEn particular me gusto el diseño de tu blog, a veces trabajamos con pocos recursos, pero esa es parte del ser facilitador, el poder utilizar estrategias que nos permitan hacer más con menos y utilizar lo que tenemos alrededor de nosotros. Felicidades por tu entusiasmo y dedicación.